Los factores azucareros estarán pendientes de lo que suceda en los próximos 11 días respeto del Régimen de Promoción de Biocombustibles. La Ley 26.093 vencerá el 12 de este mes, mientras el bloque oficialista del Frente de Todos promueve un proyecto sobre un nuevo “Marco Regulatorio de Biocombustibles”, que abarcará los procesos de “elaboración, almacenaje, comercialización y mezcla de biocombustibles” y que tendría vigencia hasta el 31 de diciembre de 2030.
El Centro Azucarero Argentino (CAA), presidido por Jorge Feijóo, ha sentado posición respecto de la iniciativa oficialista, pero además reclamó definiciones urgentes por parte del Congreso y luego del Poder Ejecutivo nacional, que preserven el plan de bioetanol, indispensable para su sostenibilidad económica. El proyecto define como biocombustible “al bioetanol y al biodiesel que cumplan los requisitos de calidad que establezca la autoridad de aplicación, y que se produzcan en plantas instaladas en la República Argentina a partir de materias primas nacionales cuyo origen sea agropecuario, agroindustrial y/o provenga de desechos orgánicos”. Asimismo, indica que “las empresas que produzcan y/o destilen hidrocarburos no podrán ser titulares o tener participación en empresas y/o plantas productoras de biocombustibles”.
“Todo combustible líquido clasificado como nafta”, deberá “contener un porcentaje mínimo obligatorio de bioetanol de 12% en volumen, medido sobre la cantidad total del producto final”, señala la iniciativa que este martes será analizada por las Comisiones de Energía y Combustibles y Presupuesto y Hacienda en un nuevo intento para que el plan logre dictamen y llegue al recinto de sesiones lo antes posible. Feijóo indicó que las pautas que el sector aspira a ver reflejadas han sido recogidas por los redactores del proyecto, por lo que espera el apoyo de los diputados nacionales del Noroeste Argentino, para que sea aprobado. El nuevo marco regulatorio debe recorrer aún un largo camino parlamentario antes de que llegue a la Casa Rosada para su eventual promulgación. Dentro de la Cámara Baja hay ciertas resistencias para su aprobación, aunque un sector del oficialismo considera que, en una suerte de carrera contrarreloj, la iniciativa estará lista antes del 12. No obstante, otra ala del Frente de Todos especula que el tiempo no alcanzará para analizar detenidamente el nuevo régimen, por lo que la Ley 26.093 debería ser prorrogada por un período de entre 60 a 90 días, mientras sigue discutiéndose el Marco Regulatorio.
La iniciativa en análisis señala que el abastecimiento de los volúmenes de bioetanol mensuales para el cumplimiento de la mezcla mínima obligatoria con nafta será llevado a cabo por las empresas elaboradoras de ese biocombustible, bajo los siguientes parámetros:
El bioetanol elaborado a base de caña de azúcar tendrá un porcentaje nominal de 6% de la mezcla mínima obligatoria. En caso de escasez general y comprobada, la autoridad de aplicación podrá reducir transitoriamente el porcentaje; o, por el contrario, elevarlo cuando considere conveniente. Las empresas mezcladoras podrán comprar libremente bioetanol a base de caña de azúcar y superar el porcentaje de corte establecido, en función de las particularidades técnicas de sus respectivas plantas y procesos, de la optimización de costos que se reflejen en el precio final, del costo de los sustitutos, y del ahorro de divisas, hasta el límite que impongan las normas técnicas en vigencia sobre la calidad y composición fisicoquímico del producto final.
El bioetanol elaborado a base de maíz tendrá un porcentaje nominal de 6% de la mezcla mínima obligatoria. La Secretaría de Energía podrá elevar el referido porcentaje nominal cuando lo considere conveniente, o bien reducirlo hasta un porcentaje nominal 3%, en volumen, cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del bioetanol a base de maíz pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor por alterar la composición proporcional de aquel sobre este último, y/o ante situaciones de escasez de bioetanol a base de maíz por parte de las empresas elaboradoras autorizadas.
Por otra parte, el proyecto faculta a la autoridad de aplicación a arbitrar “los medios necesarios para sustituir la importación de combustibles fósiles con biocombustibles, con el objeto de evitar la salida de divisas, promover inversiones para la industrialización de materia prima nacional y alentar la generación de empleo”.
En cuanto a la determinación del precio, la adquisición de las cantidades de biodiesel y bioetanol para el cumplimiento de la mezcla mínima obligatoria, deberá ser llevada a cabo por las empresas encargadas de las mezclas a los precios que establezca la autoridad de aplicación de acuerdo a las metodologías de cálculo que ésta determine para cada uno de los productos en cuestión. Las petroleras “podrán adquirir libremente biocombustibles para obtener mezclas superiores a las del porcentaje mínimo obligatorio vigente, pactando en tal caso el precio y el aprovisionamiento de los productos con las empresas elaboradoras de los mismos, al igual que en los casos en que se lleve a cabo la comercialización de biocombustibles que no tenga por destino la mezcla obligatoria con combustibles fósiles”, indica el texto. Además, dispone que el biodiesel y el bioetanol no estarán gravados por el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y por el Impuesto al Dióxido de Carbono (ICO2). También se dispone la creación de una “Comisión Especial de Biocombustibles”, que tendrá por finalidad “el estudio y análisis de las posibilidades del sector, la consulta con todos los actores involucrados, así como la formulación de propuestas y proyectos para la industria”.
El Centro Azucarero Argentino ha enumerado una serie de pautas que el Congreso debería tomar en cuenta antes de avanzar en el tratamiento del proyecto.
a) el bioetanol de caña de azúcar abastecerá un mínimo del 6% de la demanda total de naftas.
b) Las reducciones del corte de bioetanol de caña de azúcar sólo pueden deberse por razones de escasez y serán temporarias.
c) El bioetanol de caña de azúcar tendrá volumen y precio regulado.
d) Los ingenios azucareros conservan los actuales cupos de abastecimiento.
Al reemplazar combustibles fósiles, los biocombustibles reducen la emisión de gases de efecto invernadero. Además, su combustión produce menor partículas y están libres de otros contaminantes potencialmente cancerígenos, señalan los especialistas en la materia respecto de los beneficios para seguir promocionando su producción. Por eso, los biocombustibles son una parte fundamental de los compromisos de reducción de emisiones con los que se ha comprometido la Argentina en el Acuerdo de París. La producción de biocombustibles se realiza en zonas agrícolas, permitiendo generar mayor valor y empleos de calidad en dichas regiones, y se generan subproductos de alto valor agregado. Además, muchas empresas productoras de biocombustibles han desarrollado su propia tecnología de producción, mejorando su competitividad.